viernes, 29 de enero de 2010

San Bernardo:
"¡Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella de la mar: invoca a María! ¡Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia,mira a la Estrella: Invoca a María! ¡Si la cólera, la avaricia, la sensualidad de tus sentidos quieren hundir la barca de tu espíritu, que tus ojos vayan a esa Estrella: Invoca a María! ¡Si ante el recuerdo desconsoladorde tus muchos pecados y de la severidad de Dios, te sientes ir hacia el abismo del desaliento o de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella, e invoca a la Madre de Dios! ¡En medio de tus peligros,de tus angustias, de tus dudas, piensa en María, invoca a María¡ ! ¡El pensar en ella y el invocarla, sean doscosas que no se aparten nunca ni de tu corazón, ni de tus labios. Y para estar más seguro de su protecciónno te olvides de imitar sus ejemplos. Siguiéndola no te pierdes en el camino! ¡Implorandola no te desesperarás!¡Pensando en ella no te descarriarás! ¡Si ella te tiene de la mano no te puedes hundir! ¡Bajo su manto nada hay que temer. Bajo su guía no habrácansancion, y con su favor llegarás felizmente al Puerto de la Patria Celestial!

"NO ERES MAS SANTO PORQUE NO ERES MAS DEVOTO DE MARÍA".(San Bernardo)