Como la mayoría de los médicos un tanto escéptica en los temas de milagros. En el mes de julio iniciamos mi familia y yo (mis padres, mi hermano con retraso psicomotor y mi hija) un viaje de vacaciones por Europa para celebrar los 50 años de casados de mis padres. Después de 16 días de viaje, visitando Fátima, Lourdes, París, etc. Llegamos a Florencia y precisamente ahí se puso gravísimo mi padre.Fue intervenido de Urgencia en tres ocasiones por una trombosis mesentérica, presentó datos de septicemia, edema agudo pulmonar, insuficiencia respiratoria, datos de daño renal y síndrome compartamental abdominal en el Nuevo hospédale San Giovanni di Dio de Scandicci Italiua.
Estuvo 15 días en terapia intensiva, intubado, con sondas y venoclisis por todos lados, con la herida abierta, etc, al grado que los médicos nos dijeron que las posibilidades de sobrevivir eran menores del 5%. Estuvimos un mes en Florencia y durante la estancia en el Hospital, en 4 ocasiones, en los momentos más difíciles de mi familia pues era cuando nos dijeron que lo iban a operar, que pasaba a Terapia, que estaba muy mal y cuando se empezó a recuperar, se presento con nosotros un viejecito, vestido de médico, siempre dándonos esperanza, mucha confianza con unos ojos llenos de dulzura y compasión. Diciéndonos que todo iba a estar bien, que tuviéramos mucha fe, pues Dios estaba con mi padre, la última vez que lo vimos, salió de Terapia Intensiva para decirnos que todo iba muy bien y que mi padre estaba recuperándose, que ya no llorará mi mamá pues toda su familia iba a regresar sana y salva a su país, que era la última vez que lo veíamos, pero que todo iba a estar bien.
Una semana antes de que fuera dado de alta mi papá, quisimos darle las gracias al médico que nos dio aliento y esperanza en un momento tan difícil y sobre todo, que estábamos solas, lejos de nuestro país y cual fue nuestra sorpresa que dicho médico no trabajaba en el hospital, al darle las características a uno de los enfermeros se mostró sorprendido y nos enseñó una imagen del Padre Pio de Petrelchina y cual fue nuestro asombro pues era el mismo que nos había dado esperanza y apoyo en los momentos más difíciles. Los médicos, se asombraron de la fuerza de voluntad y confianza de todos nosotros en decir que mi padre iba a estar bien, pero sobre todo, de la recuperación milagrosa de mi Padre.
Es importante mencionar que ninguno de mi familia conocía o había escuchado hablar del Padre Pío... ya no soy tan escéptica... estoy segura que el Padre Pío estuvo con nosotros, llevándonos la esperanza y el amor de nuestro señor Jesuscristo. Gracias a nuestra Fe, amor y unión familiar el Señor estuvo con nosotros a través de la presencia del Padre Pío. Gracias a eso, mi Padre pudo regresar con nosotros vivo y sano a México y gracias a eso, conocimos el Amor del Padre y aprendí que los caminos del señor son inescrutables.
Leticia
2008
2008